lunes, 16 de enero de 2017

Facebook, Insta y egos



Decidí cerrar mi Facebook. Busque muchas razones para hacerlo, llámenlo sicosis, llámenlo una wea, llámenlo como quieran. La cosa es que lo decidí y tal vez como siempre, será solo por un rato, un día, una semana un mes…no lo sé. La cosa es que pensé muchas razones para justificar el tema y al fin encontré lo que para mí no es justificación sino que algo muy potente.
La verdad este tiempo, estos últimos tres meses de mi vida han sido demasiado extraños. Perdí cosas que no pensé que podía perder y recupere cosas que pensé haber perdido. Me di cuenta que la gente si puede dejarte de lado a pesar de que dieras por seguro que estarían ahí para ti siempre y es que esa seguridad siempre te puede jugar en contra porque te quedas tranquilo mirando como la vida pasa y los hastíos y la monotonía te invaden y por lo general queda la caga.
La cosa es que gracias a esto, a esta pérdida de seguridad entre otras cosas perdidas, estoy mutando y la verdad es que me aburrí de ver weas.
La vida en las redes sociales es una puta ilusión, una maldita broma. Te encariñas con cosas que están lejos de ser reales y hasta puedes llegar a abandonar cosas que son palpables por algo que no existe, por una ilusión óptica que se convierte o se puede llegar a convertir en un sentimiento absolutamente falso, de poca monta y claramente sin ningún fin sano o bueno.
Es lamentable que sea un pantallita la que nos recuerde cuando esta de cumpleaños alguien y que más encima nos demos el tiempo de saludarlo, enviarle un abrazo virtual y un beso que no mojara jamás la mejilla de su destinatario. Por eso es que hace un tiempo atrás, había decidido no saludar a nadie vía virtual. Hay gente que ni siquiera me acuerdo que usaba lentes, o que ni siquiera recuerdo el tono de su voz y menos me acuerdo si alguna vez hicimos algo por nosotros, un favor, un consuelo, etc.
Recuerdo que a los únicos que salude este año fue a mi hermano grande, pero por un asunto de distancias, y a regañadientes salude a mi familia, a mis primos, primas etc. Incluso a Les, la salude con un saludo que resulto ser más frio que wea de pingüino….y es que no quiero hacerlo más. No quiero tampoco que me saluden en el día de mi cumpleaños si no es vía telefónica o derechamente vía abrazo.
Esta falsedad es tan brutal que hasta tengo un ejemplo para graficarlo. Un amigo  esta de cumpleaños el mismo día que mi madre, el 11 de Abril pero en su perfil de Facebook puso otra fecha, algo así como 4 meses antes. Cuando llega esa fecha, le llenan su perfil de saludos, abrazos vacíos y besos secos y la verdad, es que me cago de la risa imaginando a este muchacho no tan muchacho echado en su silla cagado de la risa viendo como la gente que dice estar tan preocupado de todos, ni siquiera sabe cuándo es exactamente su cumpleaños. Cuando llega el día de su cumpleaños de verdad, nadie lo saluda….jaja…su perfil sigue tan vacío como los abrazos enviados 4 o 5 meses antes.
Además, me aburrí de fascinarme con páginas que muestran gente haciendo cosas sumamente divertidas, con gente viajando, con gente disfrutando de la vida, mientras uno se sienta y mira y….y….y nada más…solo mira, y no hace nada aparte de mirar y decir que lo que hace este o este otro es la raja. Me aburrí de mirar y no hacer. Por qué tienen que ser otros los que hacen cosas y uno no??. Decidí moverme. Siempre lo he dicho, el movimiento es vida. Decidí viajar, tirarme en elástico, parapente, salir el domingo pa donde este vuelto, tirar el zapato y decir, me voy, bueno, en mi caso, nos vamos pal la, pa ca o pa donde sea o hacer lo que sea y después de hacer todo lo que tengo que hacer, tal vez publicare mis cosas para que sean otros weones los que digan que es la raja lo que hizo este weon.
Y si Facebook es la falsedad de sentimientos más grande que se hay inventado, porque nos quita la humanidad, el amor propio y un montón de cosas que son propias de SER humano Instagram es el epicentro de ególatras que quieren elevar su ego a niveles nivel dios. Onda si dios se midiera no por bondad sino por egos, tendríamos más dioses que los romanos y griegos juntos…dioses hasta para la forma de cagar. Si cago parado, es que sigo al dios cacometro y si cago de lado (algo incómodo) es porque sigo al dios “cagodeladis”…
Instagram está lleno de gente eso sí que quiere mostrar su arte y eso no es de ególatra, gente que muestra su trabajo fotográfico, su arte en tatuajes, su aventura en Alaska o su aventura a la conchesumadre….pero eso es válido y lo comprendo. Gente que muestra su amor por su compañero o compañera también es válido, porque mostrar ese tipo de fotos es para que la gente solo suba los niveles de amor entre ellos y no uno u otro ego. Y esto también es válido para Facebook, hay que reconocerlo.
Pero lamentablemente Insta se pudrió por culpa de gente que solo le interesa su ego y que solo disfruta viendo como su sequitos de weones pavos le celebra cada una de sus fotos, (algunas al borde de lo ridículo), cada uno de sus videos y cada imagen de sus caritas que llenan la pantalla de sus teléfonos. Es sorprendente. Mas encima, suben 3 4 hasta 5 fotos al día para mostrar puras tonteras. Onda, miren, hoy salí a las 5.30 de la mañana a trotar y lo único que se ve en la foto es su puta cara y ¡¡¿¿Dónde está el fondo azul y precioso que hay a esa hora de la madrugada??!!!. Que se toman un café y lo único que sale es su mano con una taza ¡¡¿¿ dónde está el puto local ??!!!.
Que me vestí con estos jeans, foto, que me gusto la escalera de mi local, foto, que mi pelito, que mi peinado que mi crema que mis manos y no sé qué otra wea….y a quien le importa??...a nadie, solo al sequito de gente lame botas que es incapaz de encontrar su amor propio en su propio espacio, en su propia vida y busca lo que no es capaz de tener por si solo en una imagen ilusoria, falsa y mentirosa, que no es capaz de subir su propio ego si no sube el ajeno. Mas encima, se dan el gusto de decir que son gente como tú o como yo, o como Juanito el que vende pan, que mentira más grande, nadie con el ego tan arriba puede sentirse igual a cualquier persona.
Instagram se convirtió en el cuartel general de gente que está más preocupada de un grano en su nariz que en lo que pasa al otro lado del teléfono. Es el refugio de gente cliché, con fotos clichés, con parada clichés que viven una mentira gracias a los mismo weones lesos que insisten en alabar cada una de sus “cositas de buen gusto”.
Paren de joder, paren. Esto se fue al carajo hace rato y por eso decidí cerrar mi Facebook y tal vez mi Instagram y por eso abandone todos los grupos de Wasap. Quiero contacto real, con gente real y no ser un cursi al que le ponen un corazón en Insta o un like en la otra tonterita, ni tampoco de los otros que ponen corazones y likes y uno que otro comentario amoroso y creen que con eso se convirtieron en el príncipe o la princesa azul que a la hora de los qiubos se destiñe por completo, como si le hubiesen echado cloro. Quiero que me llamen para mi cumpleaños, que me toquen, que me hablen al oído en directo, que me besen, que me acaricien y no que me llenen de corazones, amenes, likes y comentarios lamebotas.

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