Entre sumas y restas y operaciones matemáticas
que están lejos de mi interés mental, creo haber estado en tu vida justo la
mitad de tu vida. Si nos pusiéramos árbitros si reloj ni cronometro perdido, y
con poco criterio, y no pusiéramos descuentos y off sides, digo que he estado
en un poco mas de la mitad de tu vida.
Te has preguntado lo que es la mitad de una
vida. Seguramente pensaste lo mismo que yo, y si, es mucho tiempo. Pero cuando
miro de reojo al tiempo que no para su marcha esos 20 y tantos años han pasado
mas rápido de lo que imaginaba y mucho mas rápido de lo que quería y que es lo
que guardo de estos 20 y tantos años?? La lista de emociones y sensaciones son
muchas y variadas en sus colores y formas y son los recuerdos los que siempre
dan con la forma exacta de estas cosas.
Si, recuerdos, y muchos, y cuando abro el cajón
de la memoria estos aparecen por azar. Antiguos y nuevos como las acaloradas y
mareadas confesiones de amor de año nuevo, los besos cuneteados de cuando éramos
“amigos”. Tu puesta en marcha del plan “encachemos a Francisco” con una sola
pregunta: cuando fue la ultima vez que te compraste un disco.
Nuestro baile, que lo recuerdo como si fuese
ayer, mientras sonaba “Hombre al Agua” de Soda Stereo, el Lago Rapel y su
Muelle. Tus consuelos en la seguidilla de muertes, partidas y aeropuertos de
fines de siglo.
En ese cajón encontré la sensación que invadió
mi corazón cuando decidimos irnos a nuestra casa.
Tu cara de felicidad y terror y miedo al futuro
cuando te enteraste que Martín ya estaba ahí y tu cara solo de terror cuando
descubrimos que Pancha también estaba ahí.
Tus lagrimas corriendo de forma desconsolada
cuando tu tío Lorenzo se sumo a la triste y muy sentida lista de los que
partieron, pero también tus lagrimas de alegría cuando Martín y Francisca te
sacan del contexto con alguna frase pal bronce.
Las eternas conversas de angeles y demonios e
inmortalidades en la gran cocina de la casita.
Invitaciones, invitados, salidas y música, si,
mucha música.
La compra de nuestra primera cama, tu equipo y
mi primera cámara.
Tu pálida feroz en la casa de Lorenzo y por
supuesto tú cara de furia cuando mi hermano Christian vino de España y me
invito a salir, y lo hicimos hasta las 12.30 del día…… pero del otro día.
Y axial podría estar todo el día y con todas
las hojas del mundo pero los recuerdos siempre son mucho mas que el espacio y entre
tantos y tantos recuerdos, la sensación siempre es la misma: Todos mis
recuerdos de juventud y adultez (un poco mas), están atados inevitablemente a
ti. No recuerdo tener mejores momentos en que tu figura no este presente y
saber eso y a la vez recordarlo cuando pienso en ti, me hace sentir que siempre
fuimos y seremos inevitables. Que nuestras químicas y físicas funcionan a tal
nivel que adivinamos sin siquiera mirarnos que es lo que debemos decir y cuando
lo debemos decir pero a la vez son las dueñas de nuestros silencios, prudencias
y paciencias.
Y así vamos y le damos. Hoy es tu cumpleaños y
cumplo con la promesa que me hice a solas hace un par de años de escribirte en
esta fecha. Y las promesas las cumplo, como la promesa que hice de jamás dejar
de amarte y no dejar que te vayas de mi lado jamás porque esta mitad de vida a
tu lado es el cielo en mis manos, es el dulce mas dulce, ese que guardas para
el final porque sabes que es el mas rico y te quieres quedar con ese sabor en
tu boca por horas, lo que en este caso seria por años.
Mi vida en tu mitad de vida. Tu vida en la mía
completa. Es entrega total. Es saber que podré decir hasta que me muera que te
amo y que de eso no me arrepiento ni lo haré jamás, ni bajo el yugo torturador
del tiempo, ni bajo la amenaza del olvido tenue de la memoria frágil que dan
los años. Eres la otra mitad de mi corazón gigante, mi puente sobre el río de
todas las angustias atemorizantes, el cuarto de la novena, la conexión a tierra
cuando todo parece iluso y cuando sueño más de la cuenta. La cuidadora de nuestros
intereses en común y la decoradora de interiores de nuestro futuro cercano.
Te amo, y podrán pasar mil cartas y mil futuros
y mil recuerdos, pero mi corazón aun bombeara esa sangre que es tuya por
derecho, y esta boca que habla, poco seguirá en el bolsillo izquierdo de tu
blusa, y esta pluma, bueno, esta pluma seguirá encontrando la inspiración
adecuada en tus ojos para escribir lo que sabe y lo que debe.
Te amo, como siempre lo he dicho, con el corazón
y la cabeza y mi cuerpo entero.
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