sábado, 10 de agosto de 2013

Sin titulo



Que pasa cuando la necesidad se transforma derechamente en ausencia. Cuando las transas ya no sirven, cuando los intentos de una y otra y otra vez se transforman en palabras que quedaron en el baño, en la cocina o en la mesa y luego se van junto con las tazas que ocupaste para tomar el café que te sirvió, a su vez, para entibiar las palabras para que ellas no salieran ni frías ni pedantes como una condena ni hirientes como te gustaría de verdad haberlas dicho. Y eso es verdad, porque de repente dan ganas y nos gustaría decir las cosas de manera tal que estas hierieran y que hagan daño, pero es difícil, en algunos casos porque la persona que tienes al lado la conoces desde hace mas de veinte años, y entiende perfectamente que no eres así…..en realidad por una cuestión de idiosincrasia nadie es así…tal vez por una cuestión humana, salvo excepciones que carecen de humanidad en un 95% de su vida.
Uno quisiera que las necesidades fuesen completadas, en su justa medida tal vez, pero la realidad es otra. Estas se convierten en escasez y luego en ausencia absoluta. Uno busca soluciones y ve cosas más allá que están lejos de ser realidad. Gastas palabras, esfuerzos, ideas y al final lo único que queda es esa maldita sensación de vacío. De creer que no eres capaz de que las necesidades sean cubiertas, porque, y para ser justos, uno también tiene que ser parte de las piezas que completan nuestra satisfacción. Pero a veces esa sensación de vacío es tan intensa que te cansas y sigues tu vida como un zombie. Sin sorpresas porque no te sorprenden, sin ganas porque ya utilizaste todo lo que tenias.
Y así va la cosa. Entregas gratis, das por nada, te cagan con el vuelto, llegas con la bolsa vacía o con el pan añejo.
Y dan ganas de mandar a todo el carajo, trabajo, planes, esposa, casa, pequeños lujos (menos a mis chiporros) solo por detalles en los que inviertes tiempo palabras y ganas, sobretodo ganas.
En fin, necesidades, hay muchas, sexuales, económicas, de entusiasmo, necesidades futuras y una serie mas que no las voy a enumerar, ¿Qué cuál es la que me afecta a mi?, bueno, prefiero mantener algo para mi después que he entregado todo. ¿Cuál es la suya?, creo que no me interesa.

“De lo bueno poco”, he escuchado muchas veces, que mentira mas grande para ocultar falta de entusiasmo por ser millonario, puto o mendigo o simplemente un poco mas feliz.

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